Juliana es un nuevo capítulo de una serie de dibujos de grandes dimensiones sobre mi cuestionamiento de la manera de representar lo femenino a lo largo de todos los tiempos.

Santa Juliana fue una joven virgen y mártir de las muchas con las que cuenta la iglesia para aleccionar y mostrar sus narraciones. Hay varias versiones, pero sus atributos suelen ser una espada con la que lucha y la figura del demonio.

Para este dibujo, como figura principal utilizo una fotografía pequeña de los años veinte, de corte erótico, aunque hoy en día esas imágenes se ven como blancas y casi inocentes. Esta imagen la sobredimensiono y fragmento con lo que pretendo agigantar y cuestionar la visión unívoca del cuerpo feminizado. La imagen refleja a una mujer desnuda sobre un telón de fondo, donde se recrea un paisaje exótico de puesta de sol, con un frondoso pino y los restos de lo que parece un templo. Este telón es el típico que utilizaban los fotógrafos del momento para poner los desnudos femeninos en un contexto que invita a la imaginación de maravillosos mundos posibles.

Las espadas en este caso tienen que ver con la tradición de algunos tipos de danzas como la Schwertertanz alemana que ahuyenta el invierno o la danza del vientre en las que las espadas asumen la representación de la fuerza y de la precisión.

En cuanto al segundo atributo, el demonio, lo relaciono con el dinero, por su mala prensa, aunque desde luego no con intención moralizante por mi parte ya que considero el dinero como un invento muy útil, éticamente utilizado.